El cura Grassi puede quedar en libertad, se quiere mudar a un country y volver a dar misa
Julio César Grassi, de 68 años, actualmente se encuentra en la Unidad Penitenciaria N° 41 de Campana, donde cumple una condena de 15 años de prisión por abuso sexual infantil agravado y corrupción de menores cometidos en 1996 en la Fundación Felices los Niños. A lo largo de su encierro, Grassi estudió derecho y se recibió de abogado, lo que le permitirá autodefenderse en una audiencia que decidirá si accede a la libertad anticipada. Grassi planea mudarse a un country en José C. Paz si logra su objetivo.
El cura fue condenado en 2009 y comenzó a cumplir su pena en 2013, luego de que la Suprema Corte de Buenos Aires ratificara la condena y ordenara su detención. A pesar de su condena, la Iglesia Católica no lo ha expulsado del clero, aunque se le prohibió ejercer el ministerio sacerdotal. El Vaticano inició una investigación sobre las denuncias, pero nunca tomó una decisión definitiva.
El tribunal, compuesto por la jueza Mariana Maldonado y los jueces Juan Carlos Uboldi y Claudio José Chaminade, debe decidir si le concede la libertad anticipada a Grassi, quien se negó a someterse a una pericia psiquiátrica para respaldar su pedido. En su lugar, el Servicio Penitenciario presentó un informe, y su hermano ofreció una casa en un country de José C. Paz como posible residencia, aunque sin proporcionar un contrato de alquiler o vínculo con la persona con quien viviría.
El abogado Juan Pablo Gallego, representante del Comité de Seguimiento y Aplicación de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño en Argentina (Casacidn), se opuso al pedido de libertad anticipada, argumentando que Grassi no reconoce haber cometido los delitos ni acepta tratamiento psicológico, lo que podría causar daño a las víctimas.
La condena de Grassi culminaría el 30 de mayo de 2028, pero inicialmente podría haber salido el 7 de agosto de 2026 gracias al beneficio del "2x1". Sin embargo, en 2022, la Cámara de Apelaciones de Morón amplió su condena dos años más. A pesar de varios recursos legales, la Corte Suprema aún no ha resuelto su recurso de queja.
Grassi, obsesionado con su defensa, ha desplazado a su equipo de defensores y ahora lidera su representación legal. En mayo de este año, al cumplir dos tercios de su condena, presentó un pedido de libertad anticipada, que ahora está en manos de la justicia.
El caso de Grassi ha sido controvertido desde su inicio. Aunque fue condenado por tres delitos sexuales, fue absuelto de otros 15 cargos por falta de pruebas. A pesar de las denuncias y la condena, Grassi no fue encarcelado hasta 2013. Además, en 2014 fue acusado de desviar donaciones de la fundación hacia el penal donde está recluido.
Ahora, en su solicitud de libertad, Grassi ha manifestado su intención de dedicarse a realizar misas y "ser sacerdote", lo que ha generado preocupación entre los representantes legales de las víctimas y la sociedad en general.