32.7 ºC  Junín, Bs As |
Los casos de empleados municipales cesanteados aumentan conforme pasan los días. Serían más de diez las personas que habrían perdido su empleo.
Ayer, La Posta se comunicó con Antonella Benavídez, una joven empleada de la delegación municipal de Roberts, quien había sido cesanteada en los últimos días, mientras estaba licenciada por cuestiones médicas.
“Comencé a trabajar en la delegación de Roberts a fines del 2014. Venía desde la gestión de Jorge Fernández. Desde que asumió ‘Cambiemos’ hasta la actualidad no me dieron tregua. Sólo tuve una relación pacífica con el primer delegado transitorio en el 2015. En el 2016 hubo elecciones de delegado y todo cambió”, relató la joven.
Por otra parte reveló que había sido “víctima de una persecución constante” durante los últimos años. “No me daban tregua. Viví todo tipo de humillaciones. Me recortaron el sueldo, me cambiaron de tareas y me descontaron el presentismo. Jamás me beneficiaron con alguna recategorización. Tampoco con el pase a planta permanente, mientras que a otros de mis compañeros sí. El derecho, desde el ámbito laboral, es para todos”, sostuvo.
Benavídez desempeñaba diferentes tareas dentro y fuera de la delegación municipal. “Primero estuve en la administración. Después pasé a la oficina de gas y, con el cambio de delegado, comencé a repartir impuestos en la calle. Tenía que pagar derecho de piso y me la banqué. No me importaba figurar detrás de una computadora. Mis intenciones en el trabajo siempre fueron buenas y accedí porque siempre lo necesité”, afirmó.
Con respecto a su relación con el delegado comunal durante los últimos tres años, la joven explicó que en varias oportunidades le había dado a entender que “la mejor decisión era que renunciara, porque hacer política traía consecuencias”. “Un compañero llegó a decirme: ‘Si tenés dignidad, renunciá’. Yo creía que ese mensaje era el que bajaban y lo pasé por alto; traté de que no me afectara. Era un clima muy incómodo, y la angustia que me generaba saber que podían dejarme sin trabajo se trasladó indirectamente a mi vida. Fueron días intensos”.
LA BAJA. “Tras las elecciones tuve una crisis”, manifestó. “Presenté licencia porque me habían recetado tratamiento farmacológico, con pastillas para dormir y antidepresivos. A mi primera licencia la presenté el jueves 14 de noviembre, firmada por la doctora Meza, quien me había atendido en el hospital municipal de Lincoln, y a la segunda, el miércoles 20 de noviembre, firmada por el doctor Luengo, quien había considerado que debía recuperarme en mi casa”.
Finalmente, el viernes último le había llegado la notificación de la baja de su contrato municipal. “Según tengo entendido, la baja fue solicitada. Los contratos vencerán el 31 de diciembre. No fue una no renovación de contrato. Además hay un memorándum que inicia el señor (Ramón) Parera, en el que, supuestamente, debería explicar la causa por la cual nos despiden y debería estar en la notificación. Pero, de acuerdo con mi análisis, considero que aprendieron a hacer las cédulas a medias. A la cédula me la trajo un hombre a quien no conozco. Se disculpó conmigo por la situación y me pidió que la firmara. Le dije que no, porque estaba en disconformidad con la decisión tomada”, aseveró la trabajadora municipal.
Por otra parte contó que varias veces había apelado a la intercesión del director general de Personal, Luis Latasa, para que “por favor parara todo el hostigamiento”. “Llegué a pedirle que me cambiara de área y hasta el traslado a Lincoln, pero nunca me dio una mano”, se lamentó.
Finalmente, Benavídez sostuvo: “Siempre me sentí tranquila. Sé que en mi trabajo no fallé, y mi delegado, mis compañeros y el pueblo lo saben. Fuera del trabajo, mis ideas eran otras. Milité en la lista de Luis Siri porque me siento peronista y lo hice por convicción. Creo que ésta es la única explicación para este final. Pero, repito, siempre estuve tranquila… Sé que, en el aspecto laboral, no fallé. No me echaron por inútil; fue por pensar distinto de la gestión actual. Mi pregunta es: ‘¿Dónde están la democracia de la que hablaron en campaña, la pluralidad de empleados y el diálogo?’. Esto no debería ser así. Nosotros no somos delincuentes; pensamos distinto. Y, en mi caso, está el agravante de que hay una licencia médica firmada. Quiero creer que se equivocaron, que iniciaron el proceso sin haber tenido en cuenta esta cuestión, y, cuando concluyó, ya era tarde. Desde el aspecto legal no tiene explicación. Voy a responder lo administrativo con una abogada y, luego, voy a accionar judicialmente, porque me echaron sin causa e hicieron conmigo un abandono de persona”.