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Una paciente deberá ser indemnizada con unos 525 mil pesos luego de que el médico que la operó se equivocara: tenían que operarle una hernia y le sacó la vesícula.
La mujer con cobertura médica de la Obra Social de Empleados Públicos (OSEP), fue internada el 2 de septiembre de 2013 en el Hospital Italiano de Mendoza, por orden del doctor Jorge Nefa, quien le iba a operar una hernia inguinal izquierda. Lo previsto era aplicarle una malla de contención que la paciente había comprado y llevado al hospital.
Según informó el diario Los Andes, tras su ingreso al quirófano, a la mujer se le practicó una intervención laparoscópica exitosa y al día siguiente se fue con el alta a su casa.
Sin embargo, los dolores que la habían llevado a consultar persistían. Los soportó un tiempo y dos semanas después de haber dejado el hospital, volvió para que le quitaran los puntos.
El médico que la atendió lle dijo que, seguramente, el persistente dolor no tenía relación con la intervención quirúrgica, sino que era un efecto de la anestesia o tal vez de un exceso en la alimentación. Así la mandó a su casa sin planificar otra consulta.
Un mes de la operación, la paciente accedió a los resultados del análisis anatomopatológico vinculado a la cirugía. Leyéndolos se enteró de lo que luego una ecografía confirmaría: le habían extirpado la vesícula biliar, en lugar de haber intervenido la hernia inguinal izquierda.
La mujer inició entonces acciones legales en el ámbito civil contra OSEP y contra el Hospital Italiano, al considerar que había sido sometida "negligentemente a la extracción de un órgano normal para su edad y arriesgada innecesariamente a una anestesia total”. A la vez que continuaba con las molestias, dolores e incapacidad para moverse normalmente que la llevaron a consultar por la hernia.
Por eso, solicitó una indemnización discriminada de la siguiente manera: daño emergente por extracción de la vesícula biliar, lucro cesante y pérdida de chance, $200.000; por gastos médicos, $25.000, y por daño moral, $300.000.
El médico se defendió argumentando que tras realizar una exploración intraabdominal había hallado un proceso infeccioso e inflamatorio de la vesícula y que por eso había tomado la decisión de extraer el órgano. Pero nada de esto figuraba en la historia clínica de la paciente ni en las prestaciones ante OSEP. Y los análisis a la vesícula indicaron que no mostraba alteraciones que justificaran su extirpación.