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La pandemia sigue y algunas personas podrían estar ansiosas por encontrar cierta regularidad y estructuración. Tener una rutina no sólo te guía a través de tus días, sino que también te aporta beneficios mentales y físicos, ya sea añadiendo ejercicio a la jornada, ayudando a dormir mejor, colaborando incluso para que los chicos se sientan más seguros o proporcionando una sensación de control durante momentos tan inciertos.
Aquí, algunos consejos sobre cómo establecer, reestablecer y mantener una rutina.
Empezá de a poco
Ya te pasó otras veces: armás rutinas que dan la impresión de que estuvieras compitiendo por un lugar en los Juegos Olímpicos de la Productividad. En vez de eso, ya sea individualmente o como familia, primero hay que centrarse en objetivos graduales y alcanzables.
"Preparate para victorias pequeñas ", dice Dilan Gomih, instructor de fitness y de life coach (algo así como asesoramiento de vida) radicado en la ciudad de Nueva York. En lugar de decirte a vos misma o a vos mismo que vas a empezar a levantarte todos los días a las 6 de la mañana para hacer ejercicio, pensá en empezar con unos pocos ejercicios por semana e ir aumentándolos gradualmente.
Para las familias, algunos expertos recomiendan rutinas de desayuno, ya sea comenzar el día con un buen bol de cereal o usar una rueda organizadora de tareas domésticas para hacer el seguimiento de las obligaciones de cada integrante.
También es importante entender por qué se ansía una rutina, opina Chanel Dokun, planificadora de vida que opera en la ciudad de Atlanta y es fundadora de LifePlan NYC. "Preguntate: '¿Qué quiero vivir o sentir en el día a día?'", señala. La mayoría de la gente tiende a hacer tareas de la casa, pero Dokun propone concentrarse en cosas que te dan energía o te renuevan.
Si sos de quienes prefieren el lápiz y el papel, considerá la posibilidad de tener siempre cerca una libreta o diario donde figuren los objetivos cotidianos que te gustaría alcanzar. Para quienes prefieren lo digital, los calendarios de Google, las tablas Asana o las aplicaciones de cuidado personal pueden ayudarte a visualizar la rutina que querés llevar a cabo y a mantener tu organización mientras le tomás la mano.
La forma de usar estas herramientas depende de lo que te dé mejor resultado. Para algunos, eso puede consistir en programar las cosas para que se ajusten a ciertas horas: hacer ejercicio a las 7 de la mañana, tomarse un descanso a las 12:30 para almorzar y dar una vuelta a la manzana; para otros, puede significar crear una lista de cosas que quiere concretar cada semana.
También podés recurrir a quienes te rodean para supervisar que cumplas. "Todos los días mi abuela nos llama a mi hermana menor y a mí para hacer ejercicios para la espalda en el living", escribe Julia Zhou. "A veces nos quejamos de tener que hacerlos todos, pero la pequeña rutina se afianza cada día."
Con los chicos, una buena manera de contabilizar la actividad es hacer lo que algunos maestros: llenar un frasco con piedras chicas o monedas y también pegar autoadhesivos, stickers, sobre un gráfico por cada tarea realizada. Si cumplieron las tareas diarias o los deberes, quizá tus hijos puedan ser recompensados eligiendo la película para la noche de cine o los postres.
"Hay una razón por la cual vemos que usan esto los docentes de jardín de infantes a tercer grado", explica Corinn Cross, pediatra y vocera de la Academia Estadounidense de Pediatría. "Es motivador".
Trabajá con lo que tenés
Lo que enmarca nuestros días es el sueño. "Nuestro día comienza cuando nos despertamos y termina cuando nos dormimos a la noche", dice Jennifer Martin, profesora de la Escuela de Medicina David Geffen de la Universidad de California en Los Ángeles.
Martin propone que se busque una hora de despertarse que funcione para la persona de que se trate y atenerse a esa hora seis o siete días a la semana. "Esto podría significar levantarte un poco más temprano de lo que querés los fines de semana, pero te va a permitir dormir bien la noche siguiente", afirma. Mantené también una hora de acostarte constante.
De igual modo las comidas pueden proporcionar un marco de referencia. "Entender los horarios de comidas propios puede optimizar la forma en que estructuramos nuestro día al permitirnos saber qué horas pueden ser las mejores para desarrollar otras actividades como hacer ejercicio, dormir o trabajar", observa May Zhu, fundadora del servicio de asesoramiento nutricional Nutrition Happens.
Cocinar también es una importante actividad familiar, añade Zhu. "Al fijar una hora determinada para cocinar antes de una comida, se tiene la oportunidad de hacer que los niños participen y darles una sensación de control, lograr que aprendan más sobre alimentación y elecciones saludables", comenta.
Los expertos en el tema sugieren además emplear la cena para estructurar la cuota de pantalla para los chicos, por ejemplo, acordando un programa para antes o después de cenar.
Preguntate: "¿Me da resultado esto?"
Aunque puedas ser genial armando una agenda para vos, considerâ si realmente funciona.
"Revisala y pensá en la rutina que hayas decidido", sostiene Chanel Dokun. "Es la única parte que a menudo la gente pasa por alto." Se puede tardar hasta tres semanas en acostumbrarse a un ritmo.
Si cumplido ese plazo todavía no le pescás la vuelta, es momento de hacer ajustes. "Este tipo de 'fracaso' es útil para esclarecer tus verdaderas creencias sobre tu ritmo y revelar los puntos ciegos que te impiden tener éxito", asegura.
Y acordate: si bien esta es una época estresante para los padres, los niños también afrontan la inquietud que genera la pandemia. "Muchas veces pensamos que los chicos se recuperan solos, pero ya sea durante la cena o al acostarlos, recordá programar en tu cabeza 10 minutos, dejando de lado cualquier aparato, para revisar cómo están las cosas", recomienda Corinn Cross.
No olvides la flexibilidad y la delicadeza
Todos los expertos coinciden en que uno de los aspectos más importantes de establecer una rutina es ser flexible y amable con uno mismo. "Las rutinas no significan que hay que tener cada hora de cada día planificada y luego, si algo sale mal, es como una ley de Murphy y se van a derrumbar todas las fichas de dominó", aclara Dilan Gomih. "Las rutinas son solamente guías."