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Corría diciembre de 1997 y el mundo entero esperaba con entusiasmo el estreno en cines de TITANIC, una película que prometía atrapar, sorprender y conmover a las audiencias con una historia de amor en el contexto de una de las tragedias más recordadas del siglo XX: el hundimiento del Titanic. Sin duda, la promesa se cumplió, pero lo que el mundo entero nunca imaginó es que aquel film dirigido por el reconocido realizador James Cameron y protagonizado por dos jóvenes actores en ascenso llamados Leonardo Di Caprio y Kate Winslet se convertiría en un auténtico fenómeno cultural colmado de momentos icónicos que permanecerían en el imaginario popular por siempre.
Estrenada en los cines de Estados Unidos el 19 de diciembre de 1997, TITANIC conquistó a los espectadores y a la crítica por igual, batiendo todos los récords de taquilla a nivel global, alzándose con once Premios Oscar® —incluyendo mejor película, mejor director y mejor canción original para la inolvidable “My Heart Will Go On” de Celine Dion— y convirtiendo a Di Caprio y Winslet en auténticas estrellas de Hollywood.
A veinticinco años de su estreno, el icónico film sigue conquistando espectadores con la desventurada historia de amor de los jóvenes Jack y Rose, así como con efectos visuales que empujaron los límites de la tecnología cinematográfica de su momento para recrear con sorprendente precisión el hundimiento del “barco de los sueños” y transportar a la audiencia a un mundo nunca antes visto y profundamente real. Hoy, en conmemoración de su 25º aniversario, TITANIC vuelve a los cines remasterizada y en 3D en salas de todo el mundo.
En la cuenta regresiva de la vuelta a los cines de Jack y Rose, develamos ocho datos poco conocidos sobre el detrás de cámara de esta inolvidable historia sobre la grandeza humana y el poder del amor de trascender los prejuicios, la sociedad y el tiempo.
LOS DOS EXPERTOS EN LA HISTORIA DEL TITANIC MÁS RECONOCIDOS PARTICIPARON ACTIVAMENTE EN LA REALIZACIÓN DE LA PELÍCULA
James Cameron supo desde un principio que el proyecto de TITANIC debía estar guiado por una reconstrucción lo más auténtica posible del mítico barco declarado “insumergible” que zarpó desde Southampton, Inglaterra con destino a la ciudad de Nueva York y llevó a la muerte a más de 1.500 personas en las aguas heladas del Atlántico Norte en las primeras horas del 15 de abril de 1912.
Para lograrlo, convocó a los dos grandes expertos en la historia del Titanic, Don Lynch y Ken Marschall, autores del reconocido libro “Titanic: una historia ilustrada”. A lo largo de décadas, Lynch investigó exhaustivamente la historia del barco, conversando extensamente con sobrevivientes de la tragedia y familiares de las víctimas. Marschall, por su parte, es considerado el dibujante principal del Titanic, autor de retratos sumamente realistas del barco que son aclamados internacionalmente por su precisión y maestría.
El libro, que representa la unión de las pasiones de Lynch y Marschall, llegó a manos de Cameron, quien inmediatamente soñó con llevarlo a la pantalla grande. “Jim Cameron había leído nuestro libro. Estaba muy impresionado con la obra de arte de Ken y quería darle vida en la pantalla. Al principio, Ken y yo nos reunimos con Jim para discutir el proyecto. Luego nos sentamos con el tratamiento de Jim, repasándolo página por página en busca de precisión física e histórica”, cuenta Lynch. Durante la etapa de producción, a su vez, la dupla colaboró estrechamente con los equipos creativos para la reconstrucción de cada detalle del barco, su mobiliario y su decoración.
CAMERON Y SU EQUIPO LIDERARON UNA MISIÓN DE ALTA COMPLEJIDAD PARA GRABAR IMÁGENES DE LOS RESTOS REALES DEL TITANIC EN EL LUGAR DEL NAUFRAGIO
Para Cameron, era indispensable incluir en la película imágenes de los restos reales del Titanic, hallados en dos grandes piezas en 1995. Para eso, se aventuró junto a su equipo al lugar de descanso final del barco, aproximadamente a 640 kilómetros de la costa de Newfoundland, Canadá y cinco kilómetros bajo la superficie del océano.
La misión, sin embargo, requería de esfuerzos nunca antes vistos en una producción cinematográfica. Los cineastas alquilaron un barco científico ruso que albergaba dos de los cinco sumergibles tripulados capaces de alcanzar las profundidades requeridas. El hermano de Cameron, Michael Cameron, fue reclutado para lidiar con los distintos obstáculos tecnológicos que se interponían entre Jim y su visión, como las temperaturas bajo cero, los requerimientos de iluminación y la fuerza aplastante del agua capaz de implosionar cualquier carcasa de cámara normal.
El esfuerzo fue titánico, pero rindió sus frutos. “Pudimos regresar con esta rica cosecha de imágenes de películas y videos. Enviamos nuestro vehículo remoto adentro y exploramos los interiores del barco. Literalmente vimos cosas que nadie ha visto desde 1912, cuando el barco se hundió. Hemos integrado estas imágenes en el tejido de la película y esa realidad tiene un impacto profundo en el poder emocional del filme”, cuenta el director.
EL PERSONAJE DE ROSE ESTÁ INSPIRADO EN LA MÍTICA ARTISTA CALIFORNIANA BEATRICE WOOD
En la película, el personaje de Rose en el presente es interpretado por la actriz Gloria Stuart, que al momento del rodaje tenía 87 años. Para dar vida a Rose anciana, Cameron se inspiró en la artista californiana Beatrice Wood, reconocida internacionalmente por su frescura y su energía incansable. Siguiendo la recomendación del actor Bill Paxton, quien interpreta el personaje de Brock Lovett en TITANIC, Cameron entrevistó a la artista que en ese entonces tenía 102 años. “Al igual que Beatrice, Rose es una mujer que sobrevivió. Ella supo lo que quería a una edad muy temprana. No quería el tipo de vida que su madre tenía en mente para ella”, comenta Stuart.
PARA RODAR LAS IMÁGENES DEL EXTERIOR DEL TITANIC, SE CONSTRUYÓ UNA RÉPLICA DEL BARCO EN BAJA CALIFORNIA, MÉXICO
Las secuencias de 1912 de TITANIC se grabaron en el estado mexicano de Baja California, donde se construyó el set de filmación exterior del barco. El tamaño casi completo era de 236 metros de largo y contaba con un tanque de agua de mar de casi tres hectáreas con 17 millones de galones de agua.
“Ningún sitio existente en el mundo podría contener la escala de nuestra producción y las instalaciones auxiliares que se requirieron para filmar las escenas que imaginó Jim Cameron”, dice Landau. "Para respaldar el alcance de la película y poder facilitar la producción tanto interior como exterior, fue más eficiente construirlo todo a la medida en un solo lugar", cuenta el productor, colaborador de larga data de Cameron.
El espacio albergaba lo necesario para cumplir con todos los requisitos de producción del film, incluyendo un segundo tanque de agua interior de 5 millones de galones alojado en un escenario de sonido y tres sets tradicionales. El estudio también incluía oficinas de producción, almacenamiento de escenarios y accesorios, un edificio eléctrico, talleres de soldadura y fabricación, camerinos y numerosas estructuras auxiliares de apoyo.
LOS PESCANTES DE LOS BOTES DE RESCATE DEL TITANIC EN EL FILM FUERON CONSTRUIDOS POR LA COMPAÑÍA QUE HIZO LOS PESCANTES DEL TITANIC REAL
La impronta del Titanic real estuvo presente en un detalle del barco construido para la película. Los pescantes de los botes salvavidas que abordaban los pasajeros durante el naufragio, que consisten en un sistema de poleas y mecanismos necesarios para bajar las embarcaciones al mar, fueron construidos por la misma compañía que construyó los pescantes del barco real. “The Wellan Davit Company construyó nuestros pescantes según sus planos anteriores. Literalmente teníamos la misma pieza de maquinaria que se usó en el Titanic para bajar un bote salvavidas”, revela Cameron.
EL RETRATO QUE HACE JACK DE ROSE FUE DIBUJADO POR JAMES CAMERON
Uno de los elementos de la película más recordados por los fans es el retrato que hace Jack de Rose, completado el día del naufragio y recuperado tiempo después entre las piezas halladas. ¿El detalle? El dibujo fue hecho por el mismísimo James Cameron. “Como el departamento de arte no pudo encontrar un artista que pudiera completar el boceto tal como lo imaginé, decidí dibujarlo yo mismo a partir de fotografías de Kate”, cuenta el realizador.
EL ELENCO SE ENTRENÓ INTENSAMENTE EN MATERIA DE ETIQUETA Y MODALES DE PRINCIPIOS DEL SIGLO XX
Además de contar con un vestuario de época extraordinario y recibir coaching vocal para lograr los distintos acentos de los diversos personajes del film, el elenco trabajó estrechamente con un equipo de expertos en protocolo y costumbres de la época para adoptar las maneras de hacer de las distintas clases sociales de principios del siglo XX, y desprenderse de los comportamientos contemporáneos.
La producción reclutó a la coreógrafa y entrenadora de etiqueta Lynne Hockney para asegurarse de que los actores representaran los modales y costumbres del comportamiento de la época con un alto grado de precisión. “El período eduardiano produjo cientos de manuales de etiqueta. Especialmente para la clase alta, fue un momento sofocante. Desde su ropa hasta su lenguaje corporal y su conversación, había reglas estrictas a seguir”, cuenta Hockney.
A su vez, el historiador naval Kit Bonner supervisó el protocolo a bordo para los oficiales y la tripulación.
EL EQUIPO DE VESTUARIO, PEINADO Y MAQUILLAJE CREÓ LOOKS PARA 1000 EXTRAS
Junto al elenco principal del film, participaron del rodaje cerca de mil extras. El número representó un gran desafío para el equipo de vestuario, maquillaje y peinado, que debió crear looks históricamente rigurosos para cada uno de ellos. Las tres áreas trabajaron juntas en un edificio del tamaño de un campo de fútbol.
“Esta fue una era de gran formalidad. La gente rica cambiaba su guardarropa cuatro o cinco veces al día. Sus ropas eran tan elaboradas que las sirvientas y personal de acompañamiento eran absolutamente necesarios”, cuenta la diseñadora de vestuario Deborah L. Scott, quien dedicó meses a una extensa investigación sobre este período en el que el vestuario, quizás más que nunca, reflejaba el rol social y la personalidad de las personas. Luego dirigió un equipo multinacional de costureras en un esfuerzo por restaurar miles de prendas de vestuario, desde batas y trajes hasta uniformes y sombrerería.
Por su parte, la maquilladora principal del film Tina Earnshaw enfrentó el reto de crear en los rostros de los actores y las actrices el efecto del frío extremo para las escenas del hundimiento del barco. Su investigación la llevó a consultar con hospitales y médicos sobre los efectos de la hipotermia, aprendiendo que las lágrimas se congelan y el cabello mojado se rompe en carámbanos como resultado del intenso frío.
Por último, al frente del equipo de peinados, el artista Simon Thompson adquirió 450 pelucas y cientos de piezas de cabello postizo para el film.
DESCUBRIENDO LOS SECRETOS DEL TITANIC MÁS ALLÁ DE LA PELÍCULA
Para seguir profundizando en la historia del transatlántico, se encuentra disponible en Disney+ el documental especial de National Geographic Regreso al Titanic, que registra las primeras incursiones tripuladas donde un grupo de expertos usa un submarino especialmente equipado para captar la primera filmación 4K del barco y así analizar el ritmo de deterioro y predecir el futuro del Titanic.
Acompañando el reestreno de la película, en National Geographic se podrán ver de lunes a viernes hasta el 16 de febrero, distintos documentales entre los cuales se destacan Titanic 20 Años Después y Titanic: El Capítulo Final con James Cameron donde el director pone a prueba lo que tantos fans se han preguntado, ¿Jack entraba en la tabla junto a Rose?
La edición especial de TITANIC por su 25 aniversario ya puede verse en cines.