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Walter Santiago, “Alfa”, además de ser el mayor de los participantes de Gran Hermano, es el que siempre se mostró más recto y duro, quizás consolando más a los demás que esperando que lo consuelen. Y es que muy pocas cosas lograron quebrar su rectitud dentro de la casa, y una de ellas es el recuerdo de su única hija, Ángeles, a quien extraña y cuando puede explica a los demás todo lo vivido juntos.
Desde el comienzo, Alfa es uno de los participantes más visibles de la casa. Desde las peleas, sus dichos y anécdotas logró captar la atención de todos. Malhumorado, polémico, querible, para muchos representa a esos padres que intentan deconstruirse y no siempre lo logran, dejando furcios y frases para condenar pero también, escenas tiernas que conmueven. De hecho, el pasado 8 de diciembre fue una de esas jornada que movió sus emociones.
Esa jornada los hermanitos recibieron una propuesta para respetar una costumbre de aquella fecha: el armado del arbolito para esperar la Navidad. Inmediatamente, los jugadores dejaron los enfrentamientos de lado y se unieron para ejecutar la tarea entre todos.
Sin embargo, las emociones no tardaron en llegar y muchos de los participantes no lograron esconder las lágrimas. Uno de ellos, fue nada más y nada menos que Alfa, quien explotó en una crisis de llanto que parecía no tener fin. Es que, como aclaró, extraña mucho a su hija y a su hermano. Abrazado a una foto familiar, lloró un largo rato sobre su cama, sin esconderse del resto. “Te amo, María. Sos lo más lindo que tengo en el mundo amor”, dijo susurrando, acariciando el rostro de su hija en la imagen en la que ambos están abrazados. “Qué ganas de abrazarte, monito. Qué ganas de mimarte. De prepararte la comida, cuántas cosas hemos pasado”, agregó conmovido por completo.
Tal fue su angustia que Nacho se acercó a abrazarlo. Más tarde, ya mucho más repuesto, se fue al patio y charló con Marcos sobre lo mucho que extraña. “¿Estás triste, primito”, le preguntó el salteño. “Y sí, primo. Recién vengo de ver la foto de mi hija y me muero de ganas de abrazarla”, le respondió sincero.
“Que esté lejos me da mucha impotencia. No sé si fui el mejor papá pero siempre intenté hacer las cosas lo mejor posible”, le contó al salteño, quien intentó suavizar el momento: “Debe estar orgullosísima de vos. Para vos ella está lejos, pero ella te tiene cerca. Te ve todo el tiempo acá”.
Otro de los momentos en que el jugador se quebró fue al presentársele el video en que los familiares le enviaban saludos navideños. Allí, su hija le aseguraba que “quiero que pases una muy feliz Navidad. Vamos a estar brindando por vos”, para luego decirle que su nieta está creciendo muy bien. “Te pido que después de este video no rompas con que te querés ir. Disfrutá y seguí divirtiéndote”, expresó.
Tras estas intervenciones en que se refería a su padre, ahora la joven en charla con Georgina Barbarossa declaró que “a mi papá le encantan las cámaras y por algo está ahí. A mí no me pasa lo mismo, me cuesta la exposición, me pone nerviosa y me hubiera gustado que no entre a la casa”.
Además, respecto de cómo o ve dentro de la casa y la forma en que se desempeña, aclaró que “Nadie puede sostener un perfil falso por muchos días y eso es lo que se está viendo ahora. Se ablandó y está saliendo su verdadera esencia. Mi papá es así, hace pancito, es paternal, habla de los sueños y tiene esa filosofía de ‘a la vida vinimos para disfrutar’”, haciendo referencia a los últimos días en que consoló a Camila, a Daniela y a Julieta en momentos en que las vio llorando.