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Una investigación publicada esta semana dejó en claro por qué países como Argentina o Brasil cortaron sus negociaciones con la farmacéutica estadounidense Pfizer para adquirir la vacuna contra el coronavirus: la compañía llegó a pedir desde cambios en la legislación hasta activos soberanos en concepto de garantía ante posibles juicios por efectos adversos del producto.
La mayoría de los países ofrecieron la exención de responsabilidad a las farmacéuticas en caso de que surjan juicios por efectos adversos de sus vacunas contra el coronavirus. Esta es una práctica habitual en el caso urgente de una pandemia, y significa que serían los estados y no las compañías quienes deberían abonar las posibles indeminzaciones a las víctimas o a sus familias.
Pero según un informe del Bureau of Investigative Journalism Pfizer exigió una garantía adicional aún después de lograr que en octubre se sancionara la Ley de vacunas destinadas a generar inmunidad adquirida contra el Covid-19 (Ley 27573).
Según el artículo 4 de la flamante ley el Ministerio de Salud podía celebrar contratos con "cláusulas que establezcan condiciones de indemnidad patrimonial respecto de indemnizaciones y otras reclamaciones pecuniarias relacionadas con y en favor de quienes participen de la investigación, desarrollo, fabricación, provisión y suministro de las vacunas, con excepción de aquellas originadas en maniobras fraudulentas, conductas maliciosas o negligencia por parte de los sujetos aludidos".
El detalle final del artículo 4 no dejó conforme a Pfizer, que pidió un decreto presidencial para incluir las "maniobras fraudulentas, conductas maliciosas o negligencia por parte de los sujetos aludidos" dentro de las causales para que el Estado argentino responda patrimonialmente por Pfizer ante un juicio.
Alberto Fernández rechazó firmar el decreto pedido por Pfizer, y esa ni siquiera fue la gota que rebalsó el vaso.
"¿Qué pasaría si Pfizer sin querer interrupiera la cadena de frío de la vacuna (que debe ser transportada y almacenada a -70o) y los ciudadanos quieren presentar una demanda? No sería justo para Argentina tener que pagar el error de Pfizer", dijo al Bureau of Investigative Journalism una fuente cercana a la negociación en Buenos Aires.
La misma fuente detalló que Pfizer "en vez de ceder en algunos puntos demandó cada vez más". Por ejemplo, la compañía exigió que el país contratase un seguro internacional para pagar las costas de potenciales litigios, algo que muchas farmacéuticas pidieron también durante la pandemia de la gripe porcina, o H1N1.
En diciembre de 2020, mientras el país se preparaba para recibir la primera tanda de la Sputnik V, llegó el punto álgido que terminó de cancelar la negociación con Pfizer cuando la compañía exigió que el Estado pusiera activos soberanos (como edificios de embajadas, bases militares o reservas del Banco Central) como garantía para solventar posibles juicios.
Para la fuente consultada por los investigadores el pedido fue "una demanda extrema" que sólo había escuchado "cuando se tuvo que negociar (el canje de) la deuda externa" con el Fondo Monetario Internacional (FMI). "Pero en ambos casos la rechazamos de inmediato", convino.
Tras seis meses de negociaciones Argentina descartó a Pfizer y algo similar ocurrió en Brasil, donde el Ministerio de Salud publicó un comunicado en el que se tildó de "abusivos" los términos exigidos por la compañía estadounidense para vender millones de dosis de su vacuna contra el coronavirus. En esos días el país atravesaba uno de los puntos más álgidos de la pandemia con el colapso del sistema sanitario y de los cementerios.
A pesar de sus términos "abusivos", Pfizer cerró acuerdos en nueve Latinoamérica: Colombia, Chile, Costa Rica, Ecuador, México, Panamá, República Dominicana, Uruguay y Perú, que quedó con una "demora" de tres meses por cómo se dilató el proceso.
Sólo en 2021 se estipula que la compañía tendría ganancias por US$ 15.000 millones.
Pfizer declinó responder las preguntas del Bureau of Investigative Journalism acerca de las negociaciones con los países, pero desde la compañía resaltaron que junto con el laboratorio BioNTech están "firmemente comprometidos a trabajar con los gobiernos y otras entidades relevantes para garantizar un acceso equitativo y asequible" a su vacuna contra el coronavirus.
Las fuentes de Pfizer afirmaron que a nivel mundial la farmacéutica destinará su producción a "países de bajo o medios ingresos a un precio sin margen de ganancia", y que como parte de un acuerdo con el Fondo de Acceso Global para Vacunas Covid-19 (Covax) le venderán a ese consorcio "hasta 40 millones de dosis en 2021".
"Estamos comprometidos a apoyar los esfuerzos dirigidos a proveer a países en vías de desarrollo el mismo acceso a las vacunas que tiene el resto del mundo", afirmaron.