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La pandemia de coronavirus Covid-19 obligó a la mayor parte del mundo a aislarse, decretar cuarentenas obligatorias, con el objetivo de aplanar la curva de contagios y así evitar el colapso de los distintos sistemas sanitarios. La necesidad de resguardar las vidas trajo aparejada una consecuencia no deseada: la abrupta caída de la actividad económica.
Sin embargo los países que priorizaron preservar la economía por sobre la vida lejos estuvieron de lograr su objetivo. Por caso en los Estados Unidos se destruyeron en apenas el lapso de un mes 26 millones de empleos ante del derrumbe del consumo.
La Argentina no es la excepción. Y aunque desde el Estado nacional se desplegó toda una batería de medidas que demandó la inversión del 5,7% del PBI para intentar morigerar el impacto sobre la economía y el nivel de empleo del aislamiento social, preventivo y obligatorio impuesto el 20 de marzo pasado, las consecuencias son muy profundas, en especial en una economía que ya venía muy castigada.
Así lo demuestra el informe "Crisis en las ocupaciones y caída en los ingresos laborales" elaborado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA) y que da cuenta del profundo impacto de la cuarentena en las economías familiares.
El estudio revela que el 8,2% de los ocupados perdió su empleo o no puede realizar su actividad por cuenta propia desde el inicio de la cuarentena. Además el 39,3% está suspendido o debió dejar de trabajar, el 4,2% tiene licencia por ser parte del grupo de riesgo, el 22% está trabajando menos horas y apenas el 26,4% sigue trabajando como siempre o incluso más horas.
A la hora de ver estos datos segmentados por zona se advierte que los trabajadores del conurbano bonaerense presentan una situación más adversa que los de Ciudad de Buenos Aires. El 9,8% perdió el empleo o se quedó sin trabajo y el 41,6% está suspendido o debió dejar de trabajar, en comparación con el 3,3% y el 32%, respectivo de los trabajadores porteños.
Además los ocupados que residen en hogares que en 2019 ya se encontraban en situación de pobreza deben enfrentar una situación más adversa todavía aún que el resto. En estos hogares perdió el empleo o se quedó sin trabajo el 15,4% de los trabajadores y el 52,8% está suspendido o debió dejar de trabajar, en comparación con el 5% y el 33,3%, respectivamente de los ocupados que residen en hogares no pobres.
De acuerdo con los datos de la UCA "la mayor perdida de empleo se observa en los empleados de casas particulares y en los que realizaban trabajos temporarios, 28,3% y 20,9% respectivamente".
El informe indica además que el derrumbe de la actividad económica "generó un marcado descenso de los ingresos laborales". Según los datos de la UCA el 64% de los trabajadores ocupados no percibió ingresos o los vio fuertemente disminuidos durante la cuarentena (19,8% no cobró ni tuvo ingresis y 44,2% los vio reducidos).
Apenas el 36% de los trabajadores ocupados logró mantener durante la cuarentena (o incluso los mejoró) los ingresos que percibía antes del aislamiento social, preventivo y obligatorio.
En el conurbano esta situación, una vez más, es más adversa. El 21,7% de los trabajadores del conurbano bonaerense no tuvo ingresos durante la cuarentena mientras que el 43,6% los vio reducidos en comparación con el mes anterior a la cuarentena.
"Los ocupados que residen en hogares que en 2019 se encontraban en situación de pobreza vieron aún más reducidos sus ingresos que el resto. No cobró ni tuvo ingresos el 25,1% de los trabajadores de hogares pobres y el 50,5% vieron reducidos sus ingresos, en comparación con el 17,3% y el 41,3%, respectivamente de los ocupados que residen en hogares no pobres", indica el informe.