A horas de la Nochebuena, el Gobierno municipal continúa anoticiando a sus trabajadores sobre el cese de sus contratos, sin fundamentos ni previo aviso. Por eso, los trabajadores perciben que se trata, nuevamente, de “persecución ideológica”.

Hoy por la mañana, la mala noticia fue recibida en Bayauca por las bomberas Yésica Pascuale y las hermanas Yanina y Laura Martínez, quienes desempeñaban sus tareas de limpieza en las calles en la vecina localidad, y, en Lincoln, por Carolina Martínez, quien trabajaba en Turismo, entre los casos que han trascendido.

En conversación con La Posta, Pascuale (de 33 años), que se desenvolvía en la delegación de Bayauca desde hace nueve años, compartió su testimonio y pronunció: “Hoy (por ayer) había pedido permiso en el trabajo para llevar a mi hija a la sala de primeros auxilios porque está enferma y me crucé con dos personas que andaban en la camioneta de la Municipalidad de Lincoln, quienes me dijeron que tenía que firmar una notificación. La firmé y me entregaron otra. La coloqué debajo del asiento de la moto y me fui. Jamás imaginé lo que era. Recién me enteré cuando llegué a la delegación y estaban mis otras dos compañeras afuera preguntándome si me había llegado ese papel y diciéndome que era el despido”.

En esa línea, Yésica agregó: “A mí, lo que me dolió fue que la delegada, Viviana Fardos, no haya venido a decirnos que el contrato no iba a ser renovado, porque, de esa forma, podíamos ir buscando otra cosa y las cosas hubiesen quedado mejor. Creí que nos iba a llamar. Fuimos a la delegación a ver si se acercaba a decirnos algo, pero nunca nos habló. El que sí se acercó fue su marido, quien nos explicó la situación, y nos pusimos a llorar todos”.

“Lo que me queda pendiente es conocer los motivos, porque hay muchos empleados que son de la política de ella que no trabajan como corresponde. Nosotras siempre hicimos lo que ella quiso. Nos ha mandado a trabajar al rayo del sol y con lluvia, y por eso me da bronca que no me haya dicho el porqué”. “La comunidad nos está apoyando un montón. Están todos a favor de nosotras”, añadió Yésica.

A su turno, Laura Martínez (de 40 años) informó que había prestado servicios para la delegación durante seis años. Respecto del momento en el que había recibido la notificación de su baja manifestó: “Con mi hermana estábamos limpiando la calle. Paró una camioneta y nos preguntaron si somos ‘las Martínez”. Se negaron a decirnos lo que decía el papel y, cuando lo empecé a leer, me interrumpieron para decirme que estaba despedida y que se me había vencido el contrato. Era gente de Lincoln”. Y agregó: “Ahí mismo me puse re mal, porque uno tiene hijos, proyectos y una casa que mantener. Soy bombera voluntaria. No tenemos sueldos, pero a la delegada no le tembló el pulso en bajarnos el pulgar. No tiene corazón”.

“Desde hace tiempo venimos aguantando amenazas y humillaciones, simplemente, por pensar diferente. Ellos perdieron en Bayauca y nos acusaron de andar festejando en las redes sociales”, añadió. “Ahora estoy rogando que salga algún trabajito, porque tengo un hijo chico y tengo que seguir. Ahora estoy muy mal y, encima, mi hijo me vio así de mal, y eso es horrible… Lo único que me levantó un poco el ánimo fue el acompañamiento de la gente”, acotó.

Por último, Yanina Martínez (de 28 años) le comentó a La Posta que tenía seis de antigüedad en la delegación de Bayauca y que “además de haber recibido la mala noticia en esta fecha, me da mucha bronca la forma en que se dio”.

“Hubiésemos esperado una reunión para conocer los motivos y escucharla a la delegada, pero agarramos el papel y nos fuimos, porque es imposible tener una conversación con ella. Nunca pudimos tenerla, porque, ante cada reclamo que le hemos hecho, nos decía que, si no nos gustaba, nos fuéramos. Nunca nos dio soluciones”.

Respecto de “la persecución política” de la que es acusado el intendente Salvador Serenal, Yanina indicó: “Yo creo que es algo personal, porque ella (por la delegada Fardos) no es así con todo el mundo”.

“Cualquier otro trabajo que me salga va a ser mejor que esto, porque ya me estaba haciendo mal a la salud”, concluyó Yanina.