Michael Saylor es una personaje desconocido para cualquiera que ande por la calle, pero desde Twitter el multimillonario del mundo Tecno, se dedica a predicar las bondades de Bitcoin. Tanto es así que esta semana sugirió que Argentina debería adoptarla como moneda de curso legal.
"El problema en Argentina, aunque extremo, no es único. Hoy, más que nunca, todos los países necesitan dinero sólido. Bitcoin es la solución y representa la esperanza para todos los que viven en una nación financiando el gasto con la imprenta", aseguró el jueves Saylor, que es director ejecutivo de MicroStrategy, una compañía que ofrece software OLAP (acrónimo en inglés de procesamiento analítico en línea).
Saylor fundó MicroStrategy en 1989 junto con el indo-americano Sanju Bansal. Hoy en día la compañía cotiza en NASDAQ (la segunda bolsa de valores de Estados Unidos después de Walls Street) y en 2020 tuvo ingresos por US$ 480,7 millones.
La fortuna personal de Saylor está estimada en US$ 2.200 millones, y si hay algo que le gusta aclarar en Twitter es que no piensa vender sus Bitcoin y que "la primera regla de Bitcoin es no vender Bitcoin", al estilo "El club de la pelea".
También insiste en su mensaje de que las criptomonedas, y en especial Bitcoin, podrían sacar adelante a las economías más empantanadas.
En un comentario fijado en esa misma red social el multimillonario afirmó que "Bitcoin es un enjambre de avispones cibernéticos al servicio de la diosa de la sabiduría, alimentándose del fuego de la verdad, creciendo exponencialmente cada vez más inteligente, más rápido y más fuerte detrás de un muro de energía encriptada".
Alguien en esa red social le hizo notar que, como él, muchas otras cuentas dedicadas a predicar las bondades de las criptomonedas lo hacen con fotos de perfil "con rayos láser en los ojos".
"Los ojos láser proclaman una tecnología para garantizar los derechos humanos de la vida, la libertad y la propiedad. Los ojos láser canalizan la acción incluso cuando protegen de la distracción diluyente. Los ojos láser señalan la intención de hacer de Bitcoin un instrumento de empoderamiento económico", afirmó el empresario como si recitara un credo.
Para cuestiones más pragmáticas, Saylor le contestó al profesor de economía aplicada Steve Hanke, quien se refirió a la realidad financiera argentina:
"En Argentina el Banco Central imprimió $ 250.000 millones en los primeros 22 días de septiembre, la mayor cantidad de cualquier mes en 2021. Fernández está financiando sus juergas de gastos con la imprenta", disparó Hanke.
"No es de extrañar que el peso haya perdido el 58,3% de su valor frente al dólar desde enero de 2020. Argentina está condenada", agregó el docente de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore.
La adopción del bitcoin en El Salvador sucedió el 8 de junio de 2021 cuando se aprobó la Ley Bitcoin en la Asamblea Legislativa. Ahora la criptomoneda comparte el estatus de curso legal con el dólar estadounidense.
El país caribeño comenzó en septiembre a minar Bitcoin con energía geotérmica de sus volcanes, lo que Saylor describió como un proceso que "convierte la energía térmica en energía digital que se puede exportar a cualquier parte del mundo y almacenar sin pérdida de energía".
Sin embargo, la transición al bitcoin desde la moneda tradicional de curso legal no es sencilla. Por ejemplo, el jueves de esta semana miles de personas protestaron en San Salvador, la capital de El Salvador, contra el uso oficial de la criptomoneda.
"No al bitcoin en El Salvador", "El bitcoin es contra los pobres" y "Basta de atentar contra la estabilidad de los jueces" fueron algunas de las consignas leídas y escuchadas en la manifestación, que también fue contra el despido o jubilación forzada de varios magistrados, informó la agencia de noticias AFP.
Aunque el gobierno del presidente Nayib Bukele estimula el uso de Bitcoin mediante la instalación de cajeros automáticos y la distribución de billeteras electrónicas con dinero de regalo, la iniciativa es resistida por amplios sectores que consideran que expone a los fondos públicos a una situación muy volátil.