La llegada del coronavirus Covid-19 puso en crisis a los mercados financieros y las actividades comerciales de todos los rubros, con un nivel de pérdida que aún se desconoce. En medio de un panorama incierto, Facundo Miller, de 22 años y oriundo de La Pampa, logró reconvertirse y desarrollar un proyecto enfocado a enfrentar la pandemia.
Miller había vendido una compañía de impresiones gráficas para dedicarse a un proyecto de merchandising empresarial, hasta que la irrupción de la pandemia de coronavirus Covid-19 puso el proyecto en pausa y emprendió con su familia la fabricación de máscaras protectoras, tan útiles en estos días.
“Yo arranqué a los 17 años a laburar en el rubro gráfico", reveló el joven de La Pampa a Telefe y agregó: "Me abrí una empresa de gráfica en General San Martín y otra sucursal en Guatraché. Llegué a tener cinco empleados, laburando a pleno y muy bien, y en febrero la verdad que la situación del país me estaba matando, por lo que decidí vender la gráfica para invertir en otra cosa”.
“Yo tengo mucho contacto con Bahía Blanca porque estamos a 150 kilómetros y es nuestra ciudad para todo, cualquier movimiento u envío. Decidí invertir en esto e instalarme acá, por un tema de distribución, de caudal de gente y porque acá iba a ser hasta más necesario”, aclaró.
Sin conocimiento sobre máquinas 3D, Miller trabajó 16 horas para ponerlas a andar, en contacto online con un técnico que no pudo hacerse presente por el aislamiento social, preventivo y obligatorio por el coronavirus Covid-19. “Me vine con mi hermano sin tener contactos a quien vender. Me contacté con un chico de acá que está vendiendo máscaras, le intereso e hicimos una videollamada”, explicó.
Es así cuando Tripp – Keep Moving empezó con sus primeros pasos en plataformas digitales y enseguida “explotó las redes sociales con 300, 400 comentarios”.
“Nos dimos cuenta que nos faltaba más gente para producir porque nosotros no dábamos abasto. Yo quería producir las 24 horas y hacer horarios rotativos. Entonces la llamo a mi vieja que estaba sin laburo porque tiene un local de decoración, y mi hermano también porque yo tengo una parte de una cervecería con él en Guatraché y no la podíamos abrir. Les dije vénganse para acá que vamos a fabricar”, describió sobre el nivel de demanda por la pandemia de coronavirus Covid-19.
De este modo, los Miller donaron este miércoles veinte máscaras al sector de Pediatría del Hospital Municipal, y tienen previsto donar otras sesenta al servicio de emergencias Siempre: “Yo no pensé que necesitaban tan al extremo. En uno de los hospitales sé que tienen muy pocas máscaras, pero ellos no lo quieren decir. Ellos se arriesgan muchísimo, están trabajando con barbijos de tela cuando no lo es lo recomendable”.
Facundo explicó que busca “abastecer la necesidad de la gente” sin descuidar lo que invirtió para su emprendimiento, que tiene un stock de 3.300 máscaras en stock y cuatro personas a cargo de la producción, las cuales rotan sus turnos “para dormir cuatro o cinco horas” por el grado de demanda ante la pandemia. Mientras tanto, se propone dona una máscara por diez que vende.
“Yo soy diseñador e hice algunos diseños de máscaras. También les pedí a mis amigos porque ellos ya estaban trabajando. Yo me enfoqué en hacer un producto cien por ciento esterilizable para que pudieran usarse en los hospitales. Por eso las hice de acrílico”, expresó y agregó que "hay muchas máscaras que son con materiales porosos en las cuales el virus se queda ahí en la porosidad, no se pueden esterilizar. Hay otras que tienen tela y también queda el microbio agarrado ahí”.
Consultado sobre el futuro cuando pase la pandemia de coronavirus Covid-19, Miller confesó: “Uno de mis proyectos iniciales era instalarme en algún lugar donde yo pueda vender merchandising empresarial. Llaveros, lapiceras, etc. Esto se lleva a cabo, en un gran porcentaje, con máquinas láser. Cuando mi amigo me dijo lo de las máscaras con estas máquinas, dije de encarar las máquinas ahora que se necesita, y el día de mañana cuando esto pase, ya las tendría para iniciar acá”.