El ex presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva aseguró que, en abril de 2018, se entregó y aceptó ir a la prisión tras ser condenado "injustamente" en vez de elegir el exilio, porque precisaba "probar la mentira" en su contra.
"Podría haber ido a una embajada, a otro país, pero precisaba probar la mentira y que Sergio Moro (hoy ministro de Justicia del gobierno de Jair Bolsonaro) no era un juez, sino un canalla", dijo Lula frente a la sede del sindicato metalúrgico de Sao Bernardo do Campo, un día después de ser liberado gracias a una decisión de la Corte Suprema brasileña.